“Es preciso que el maestro guíe al niño, sin hacerle sentir demasiado su presencia; que sepa siempre leer en él, el momento en que necesita ayuda, pero que nunca puede ser obstáculo entre el niño y su experimento”.
Como contexto anterior al escrito, que justifica o fundamenta esta y otras afirmaciones de Maria Montessori; creo que tras ver cómo se estaban haciendo las cosas en la escuela tradicional y dominante, Montessori vio que había muchas cosas a cambiar.
Se trataba de una educación estática, que sólo se preocupada de la disciplina y que los alumnos estuvieran “quietecitos” y de que fueran receptores pasivos de conocimientos, que el profesor se encargaba de hacerles “tragar” aunque a veces fueran muy complicados o incomprensibles para los alumnos. Así, la autora propuso una educación innovadora, apoyada seguramente en la aparición de la “Psicología del desarrollo”, coetánea de su momento histórico.
En esta cita concreta, Montessori aboga por la autoeducación, reflexiona certeramente sobre una de las pautas con las que tiene que contar el maestro que quiera desarrollar su método fructíferamente: debe saber interpretar cuándo es conveniente su intervención y cuándo no es recomendable que intervenga.
Una pronta intervención del maestro ante un problema o duda del alumno, podría trasladarse a un freno para la capacidad de indagar del alumno, que sabrá que a la próxima vez que tenga una duda sólo tiene que recurrir al maestro. Y es precisamente lo que pasaba en la escuela que Montessori había visto.
Esta es una más de las ideas de Montessori en particular y de la "Escuela Nueva" en general. Otras ideas de Montessori fueron dotar a la escuela y al aprendizaje (que en definitiva es la puerta que tenemos hacia la cultura) de un valor moral y espiritual. Ésta por ejemplo es debida a su fe cristiana, firmemente arraigada en su personalidad casi a lo largo de toda su vida, característica que también encontramos en otros autores de su época y que va muy ligada a que la educación trascienda lo puramente material e incluso humano, enfoque que suele repetir en todos sus libros.
A partir de las ideas de la “nueva educación” que proponía Montessori, surgieron nuevas estrategias educativas, en este caso, se pedía un maestro que sirviera de guía y apoyo a sus alumnos y no de obstáculo.
Para ello debe saber cuándo es conveniente ayudar, ya sea corrigiendo o ampliando informaciones y cuándo es mejor que no intervenga dejando al alumno que sea él sólo el que llegue a sus propias determinaciones y acepte y valores sus propios resultados, ya sean erróneos o fructíferos.
Evidentemente para cumplir con la autoeducación que promulga Montessori, es necesario que el maestro asuma un grado de actuación tentativo, sabiendo en todo momento si es conveniente o no su intervención, de lo contrario el método dejaría de ser autoeducación y a lo peor, estaría entorpeciendo a sus alumnos.
Para esto, evidentemente también, es necesario que cambie la percepción tradicional del maestro hacia el alumno, así como los cambios metodológicos para adaptar el aprendizaje al desarrollo.
Según yo lo interpreto, María Montessori, lo que nos quiere decir con palabras más claras, es que el alumno tiene que intentar “sacarse las castañas del fuego” por sí mismo, y sólo si no es capaz y es necesaria la ayuda del maestro, sólo entonces, es cuando éste debe actuar.
Referencia de la cita: “Ideas generales sobre el método. Manual práctico”
Autora: Maria Montessori Año 1994. Madrid. Editorial:CEPE,S.A.
Saludos. Juanjo.
Vaya con el saguntino y el ondense. Soy capaz de aplaudir hasta con las orejas, pues me encuentro con dos artículos de calado, preñados de reflexión.
ResponderEliminarNo conozco mucho a la Montessori, pero dejando aparte cuestiones de fe, que son respetables, sus palabras me sugieren varias cosas que andan en el candelabro de unos años a esta parte. Por un lado, está el aprendizaje autónomo, que se ha de fomentar. Tarea difícil cuando nos enfrentamos a una, digamos, escasez de armas intelectuales. Aquí es donde está el principal obstáculo para la enseñanza hoy en día. Como comprenderás, puesto que algo sobre esto hemos hablado, no me estoy refiriendo a cociente intelectual, sino a procesos mentales de tipo lógico y analógico. Van más allá, o se quedan más acá, de lo que ahora se llaman competencias y destrezas, porque debieran ser su sustrato.
No me extiendo más, porque no es hora de escribir un post en un post, sino de reflexionar e invitar a la reflexión.
Muchas gracias por tu reflexión, que para mí tiene más peso que el de la propia Montessori, puesto que de la escuela que me encontraré mañana has vivido más tú que ella.
ResponderEliminarElla pudo (supongo) ser revolucionaria en su momento, pero las cosas están constantemente cambiando.
Un saludo Juan Carlos.
Un texto muy interesate Juanjo, para reflexionar
ResponderEliminarJuanjo, estoy con Juan Carlos,pues vengo de Sagunto ahora mismo, bueno de casa de Amadeo, Jajaja
ResponderEliminarInteresante y aleccionador mensaje.
Un abrazo
Me alegra que os haya gustado.
ResponderEliminarAmadeo y yo bebemos de fuentes similares me temo. jeje
Saludos Carla y Froilán.
Es evidente que un buen maestro y si lo es de niños, debe ser un poco psicólogo. Es una simbiosis inevitable si se desea realizar bien la tarea.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo Rudy.
ResponderEliminarUn saludo.
Una muy interesante reflexión. Y me gustaría añadir que es ahora, en los tiempos de Internet, cuando es sumamente importante dotar a nuestros hijos de esa capacidad de análisis y reflexión, imprescindible como nunca para moverse ante tanto caudal de información.
ResponderEliminarCarpe Diem
Ciertamente Adolfo.
ResponderEliminarAhora se hace vital.
Un abrazo y ánimo.
Es el el sentido común. Hay que dejar a los niños que intenten resolver problemas por sí mismos y ayudarles cuando le haya dado tiempo a asimilar sus aciertos y fracasos. En la vida adulta nadie te va a estar corrigiendo a la menor desviación, ni puedes esperar que nadie sea tu guía siempre. Hay que enseñarles a equivocarse y a aprender de los errores. Y como decían en el otro post, no cercenar la creatividad.
ResponderEliminarBuen post.
Salu2
No conocía "cercenar", cada día aprendemos cosas nuevas los unos de los otros.
ResponderEliminarGracias por el comentario Markos.
Me parece muy interesante tu post. Y muy acertado. Hay que enseñar a los niños a pensar, cosa que por otra parte, no he notado yo demasiado, la verdad. ¿Sabes? creo que vas a ser un excelente maestro.
ResponderEliminarBesos
¡Muchas gracias Alba!
ResponderEliminarTus palabras me dan fuerzas para seguir con los últimos exámenes (a 11 días de acabar).
Un abrazo.
Hola Juanjo!
ResponderEliminarComparto lo que te dice Alba, vas a ser un gran maestro, preocupado porque tus alumnos utilicen sus neuronas y sepan ser autosuficientes y autodidactas.
Buen post, y buenas reflexiones.
Que tengas mucha suerte en los exámenes, y perdona también el abandono, que últimamente no salgo mucho por la Red (cosas del ánimo), me iré poniendo al día jeje.
Saludos!!
Desgraciadamente la tendencia actual es "pasar" del alumno lo mismo que el padre pasa en casa de su hijo. Así estamos creando nuevas generaciones de jóvenes desatendidos en uno y otro lugar que, a mi juicio, están provocando una involución cultural.
ResponderEliminarQuizá sea muy arriesgado lo que voy a decir, pero es lo que piensa: cada día hay más analfabetos funcionales en España. Eso sí, con coche potente, mp3, cortes de pelo agresivos y pasta para emborracharse los fines de semana escuchando bakalao y snifando de todo
Paco, te recomiendo la película "Idiocracia", como película no es gran cosa, pero el mensaje que esconde refleja lo que comentas.
ResponderEliminarTe dejo el link de la ficha de la película:
http://www.labutaca.net/films/54/idiocracia.htm
Un saludo.