jueves, 10 de octubre de 2013

Zapatero ¿a tus zapatos?

Zapatos los hay de todas las formas y colores, pero seguro que no como los que me han enviado y que a continuación os dejo:




















Desconozco el nombre del creador, pero hay que reconocer que imaginación no le falta...
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martes, 1 de octubre de 2013

Baltasar Garzón: "La LOMCE es una ley inasumible en un Estado social, democrático"

En este período tan extraño y reaccionario que nos ha tocado vivir en todos los ámbitos de la vida pública española, quizás la política de la educación es la más lacerante e irracional. Así lo demuestra la llamada “Ley de Mejora de la Calidad Educativa” (LOMCE) que, nuevamente, olvida que la educación es una cuestión de Estado que debe contar con el acuerdo y sensibilidad de todos o gran parte de los grupos políticos del arco parlamentario y, lo que es más determinante, con el consenso y debate de los demás sectores populares en el marco de ese proyecto.

La insistencia en destruir lo que de bueno ha aportado la educación pública; la obsesión por la enseñanza de materias que deberían ubicarse en el ámbito estrictamente personal o familiar de formación, pretiriendo lo que es una obligación del Estado (contribuir a la formación de ciudadanos y ciudadanas libres y democráticos que respeten y defiendan los derechos humanos), es algo paradigmático en este Gobierno, más atento a conservar la poca cuota de credibilidad que le queda que a la defensa de los valores constitucionales que han de guiar su acción.

La LOMCE ha sido impuesta desde la soberbia de la mayoría absoluta parlamentaria conservadora, olvidando el consenso con los sectores del ámbito educativo (ni profesorado, ni padres, ni alumnos, ni sindicatos, ni demás grupos políticos se sienten escuchados). Sólo el sector más duro de la Iglesia católica ha sido consultado, de ahí que la nueva ley considere Religión como asignatura evaluable cuya puntuación, por tanto, será tenida en cuenta para todos los aspectos o niveles de baremación académica. Los profesores de Religión, por cierto, son nombrados por el Arzobispado pero pagados con dinero público.
Si tuviera que definirse la LOMCE en una sola palabra, esta sería “antidemocrática” —profundamente antidemocrática—. Esta afirmación se sostiene en varios hechos contrastados:
  • Por la organización que adopta de los centros docentes. El Consejo Escolar —marco en el que se encuentran los diferentes actores implicados en la educación (representantes del profesorado, padres, administración y alumnado)—, pasa a ser un órgano meramente consultivo, con una dirección nombrada por
    la Administración.
  • Porque refuerza la confesionalidad y discrimina la enseñanza laica, computando la nota de Religión.
  • Porque propicia la segregación del alumnado, al derivar de forma temprana a los estudiantes con más dificultades hacia otros itinerarios menos favorecedores.
  • Por el excesivo control academicista a través de reválidas desde educación primaria, lo que potencia el fracaso escolar.
  • Por la exclusión de áreas de Humanidades y Artes como la Música, la Plástica o la Educación Física, con una reducción de horario y de currículum que va en detrimento del desarrollo psicomotriz, manual y creativo del alumnado. Todo ello genera una falta de entusiasmo e ilusión por el saber y el aprendizaje, la ausencia de estímulos y un déficit en la sensibilidad artística. Esto
    supondrá más fracaso y marcará definitivamente las diferencias entre alumnos “buenos” y no tan “buenos”.
  • Por la discriminación de los centros en función de las notas obtenidas, la clasificación del profesorado o el poder adquisitivo de los padres.
  • Por la infravaloración de la educación desde un punto de vista presupuestario, lo que se traduce en reducción del sueldo de los profesores, al tiempo que se aumenta su carga horaria; recorte de material a los centros; aumento del número de alumnos por aula; eliminación de horas de tutorías y relación con los padres; menor atención a la diversidad, a la integración, etc.
  • Porque prima la subvención a la educación concertada y de élite e incluso se propone la segregación por sexo en aras de la llamada “libertad de elección”. Eso sí, con fondos públicos.
  • Por la reducción del número de becas y la exigencia de más puntuación para conseguirlas.
  • Porque en el ámbito universitario disminuye la aportación económica para investigación y desarrollo.
  • Porque auspicia el abandono de las escuelas rurales, condenándolas a su desaparición.
  • Porque no tiene en cuenta la realidad multicultural lingüística, ni fomenta el idioma propio de las Comunidades Autónomas.
  • Porque elimina la Educación para la Ciudadanía, una asignatura que forma parte de los currículos académicos de toda Europa y que resulta necesaria para conocer derechos y deberes en una sociedad multicultural.

La LOMCE contradice la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que proclama como ideal común para todos los pueblos y naciones del mundo el que tanto los individuos como las instituciones promuevan mediante la enseñanza y la educación el respecto a los derechos y libertades del ser humano; quebranta la Declaración de los Derechos de la Infancia, porque olvida prioridades esenciales en la educación de los/las ciudadanos/as, necesarias para generar un sistema integral de derechos y deberes; y minusvalora que la propia idea de la educación debe dirigirse hacia una formación crítica, constructiva, humanista y transformadora de la persona y del entorno social, mejorándolos.

En definitiva, la LOMCE es una ley inasumible en un Estado social, democrático y de derecho tal y como queda proclamado por la Constitución española, ya que, al definir la educación como motor que promueve la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad, antepone las necesidades de los mercados a la verdadera formación del alumnado, a la construcción de una sociedad más libre, justa, sin discriminación, equitativa, solidaria, transparente, cohesionada, respetuosa con los derechos de la madre naturaleza y en paz.

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viernes, 27 de septiembre de 2013

¿Qué debe saber un niño de cuatro años?

Me ha gustado mucho un artículo que he leído en huffingtonpost.es espero que os guste, dice así:

Hace poco, en un foro sobre la educación de los hijos, leí una entrada de una madre preocupada porque sus hijos, de cuatro años y año y medio, no sabían lo suficiente. "¿Qué debe saber un niño de cuatro años?", preguntaba.

Las respuestas que leí no solo me entristecieron sino que me irritaron. Una madre indicaba una lista de todas las cosas que sabía su hijo. Contar hasta 100, los planetas, escribir su nombre y apellido, y así sucesivamente. Otras presumían de que sus hijos sabían muchas más cosas, incluso los de tres años. Algunas incluían enlaces a páginas con listas de lo que debe saber un niño a cada edad. Solo unas pocas decían que cada niño se desarrolla a su propio ritmo y que no hay que preocuparse.

Me molestó mucho que la respuesta de esas mujeres a una madre angustiada fuera añadirle más preocupación, con listas de todo lo que sabían hacer sus hijos y los de ella no. Somos una cultura tan competitiva que hasta nuestros niños en edad preescolar se han convertido en trofeos de los que presumir. La infancia no debe ser una carrera.

Por todo ello, he decidido proponer mi lista de lo que debe saber un niño (o una niña) de cuatro años:
  1. Debe saber que la quieren por completo, incondicionalmente y en todo momento
  2. Debe saber que está a salvo y debe saber cómo mantenerse a salvo en lugares públicos, con otra gente y en distintas situaciones. Debe saber que tiene que fiarse de su instinto cuando conozca a alguien y que nunca tiene que hacer algo que no le parezca apropiado, se lo pida quien se lo pida. Debe conocer sus derechos y que su familia siempre le va a apoyar.
  3. Debe saber reír, hacer el tonto, ser gamberro y utilizar su imaginación. Debe saber que nunca pasa nada por pintar el cielo de color naranja o dibujar gatos con seis patas.
  4. Debe saber lo que le gusta y tener la seguridad de que se le va a dejar dedicarse a ello. Si no le apetece nada aprender los números, sus padres tienen que darse cuenta de que ya los aprenderá, casi sin querer, y dejar que en cambio se dedique a las naves espaciales, los dinosaurios, a dibujar o a jugar en el barro.
  5. Debe saber que el mundo es mágico y ella también. Debe saber que es fantástica, lista, creativa, compasiva y maravillosa. Debe saber que pasar el día al aire libre haciendo collares de flores, pasteles de barro y casitas de cuentos de hadas es tan importante como practicar la fonética. Mejor dicho, mucho más.
Pero más importante es lo que deben saber los padres:
  1. Que cada niño aprende a andar, hablar, leer y hacer cálculos a su propio ritmo, y que eso no influye en absoluto en cómo de bien ande, hable, lea o haga cálculos después.
  2. Que el factor que más influye en el buen rendimiento académico y las buenas notas en el futuro es que leer a los niños de pequeños. No las fichas, ni los manuales, ni las guarderías elegantes, ni los juguetes y ordenadores más rutilantes, sino que mamá o papá dediquen un rato cada día o cada noche (o ambos) a sentarse a leerles buenos libros.
  3. Que ser el niño más listo o más estudioso de la clase nunca ha significado ser el más feliz. Estamos tan obsesionados por tratar de dar a nuestros hijos todas las "ventajas" que lo que les estamos dando son unas vidas tan pluriempleadas y llenas de tensión como las nuestras. Una de las mejores cosas que podemos ofrecer a nuestros hijos es una niñez sencilla y despreocupada.
  4. Que nuestros niños merecen vivir rodeados de libros, naturaleza, utensilios artísticos y la libertad para explorarlos. La mayoría de nosotros podríamos deshacernos del 90% de los juguetes de nuestros hijos y no los echarían de menos, pero algunos son importantes: juguetes como los LEGO y las construcciones, juguetes creativos como los materiales artísticos de todo tipo (buenos), los instrumentos musicales (tanto clásicos como multiculturales), disfraces, y libros y más libros (cosas, por cierto, que muchas veces se pueden conseguir muy baratas en tiendas de segunda mano). Necesitan libertad para explorar con estas y otras cosas, para jugar con montoncitos de alubias secas en el taburete (supervisados, por supuesto), amasar pan y ponerlo todo perdido, usar pintura, plastilina y purpurina en la mesa de la cocina mientras hacemos la cena aunque lo salpiquen todo, tener un rincón en el jardín en que puedan arrancar la hierba y hacer un cajón de barro.
  5. Que nuestros hijos necesitan tenernos más. Hemos aprendido tan bien eso de que necesitamos cuidar de nosotros mismos que algunos lo usamos como excusa para que otros cuiden de nuestros hijos. Claro que todos necesitamos tiempo para un baño tranquilo, ver a los amigos, un rato para despejar la cabeza y, de vez en cuando, algo de vida aparte de los hijos. Pero vivimos en una época en la que las revistas para padres recomiendan que tratemos de dedicar 10 minutos diarios a cada hijo y prever un sábado al mes dedicado a la familia. ¡Qué horror! Nuestros hijos necesitan la Nintendo, los ordenadores, las actividades extraescolares, las clases de ballet, los grupos organizados para jugar y los entrenamientos de fútbol mucho menos de lo que nos necesitan a NOSOTROS. Necesitan a unos padres que se sienten a escuchar su relato de lo que han hecho durante el día, unas madres que se sienten a hacer manualidades con ellos, padres y madres que les lean cuentos y hagan tonterías con ellos. Necesitan que demos paseos con ellos en las noches de primavera sin importarnos que el pequeñajo vaya a 150 metros por hora. Tienen derecho a ayudarnos a hacer la cena aunque tardemos el doble y trabajemos el doble. Tienen derecho a saber que para nosotros son una prioridad y que nos encanta verdaderamente estar con ellos.
Y volviendo a esas listas de lo que saben los niños de cuatro años...

Sé que es natural comparar a nuestros hijos con otros niños y querer asegurarnos de que estamos haciendo todo lo posible por ellos. He aquí una lista de lo que se suele enseñar a los niños de esa edad y lo que deberían saber al acabar cada curso escolar, a partir del preescolar.

Como nosotros estamos educando a nuestros hijos en casa, yo suelo imprimir esas listas para comprobar si hay algo que falte de forma llamativa en lo que están aprendiendo. Hasta ahora no ha sucedido, pero a veces obtengo ideas sobre posibles temas para juegos o libros que sacar de la biblioteca pública. Tanto si los niños van al colegio como si no, las listas pueden ser útiles para ver lo que otros están aprendiendo, y pueden ayudar a tranquilizarnos sabiendo que van muy bien.

Si existen aspectos en los que parece que un niño está por detrás, hay que darse cuenta que eso no indica ningún fracaso, ni del niño ni de sus padres. Simplemente, es una laguna. Los niños aprenden lo que tienen alrededor, y la idea de que todos deben saber esas 15 cosas a una edad concreta es una tontería. Aun así, si queremos que las aprenda, lo que tenemos que hacer es introducirlas en la vida normal, jugar con ellas, y las absorberá de manera natural. Si contamos hasta 60 cuando estamos haciendo la masa de un bizcocho, aprenderá a contar. Podemos sacar de la biblioteca libros divertidos sobre el espacio o el abecedario. Experimentar con todo, desde la nieve hasta los colores de los alimentos. Todo irá entrando con más naturalidad, más diversión y muchas menos presiones. 

Sin embargo, mi consejo favorito sobre los niños pequeños es el que aparece en esta página.
¿Qué necesita un niño de cuatro años?
Mucho menos de lo que pensamos, y mucho más.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia
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sábado, 29 de junio de 2013

Las fotos imposibles de Erik Johansson

Hoy os dejo una muestra de los geniales fotomontajes de Erik Johansson, un sueco apasionado de la fotografía. Lo que más impresiona además de que están realmente bien hechos es su frescura y originalidad. Todos y cada uno de ellos plantean situaciones imposibles.



































¡Impresionantes! Muchos más en su página web.
Vía pisitoenmadrid
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