Convivir no es homogeneizar, sino respetar las diferencias

“… disminuir los efectos exclusores y aumentar los igualadores de la relación entre culturas por la vía del dialogo.”

Otra de las citas que me gustan mucho. En este caso de Ramón Flecha, que reflexiona sobre cómo la modernidad cultural ha destruido muchas culturas, aunque a la vez ha extendido ideas liberadoras, como el derecho a la alfabetización independientemente de la edad, etnia o género al que se pertenezca. Responsabiliza a la homogeneidad de ser la responsable de esas destrucciones culturales y alaba a la igualdad por haber ayudado a romper con las exclusiones existentes anteriormente. Convivir no es homogeneizar, sino respetar las diferencias.

También cita el ejemplo de Nueva York, donde existen escuelas hispanas y escuelas más interculturales, que dan la opción al alumnado de elegir entre una educación que priorice el mantenimiento de la propia identidad o educación que priorice en el acercamiento a la cultura dominante, respectivamente.

Pienso que la obra del pedagogo, escritor y catedrático Ramón Flecha, artífice y una de las voces más reconocidas del grupo CREA nos invita a reflexionar y documentarnos sobre cómo contribuir a superar las desigualdades educativas. La obra y trayectoria de Flecha, viene influenciada por voces que comparte, como la de Freire y apoyándose en varios precedentes, en los que se fundan las “comunidades de aprendizaje” españolas como:

- La “Escuela de Personas Adultas de la Verneda-San Martí”, con treinta años de experiencia como escuela “para todos” donde “todos participan en igualdad”, constituyendo la primera de las “comunidades de aprendizaje española”.

- La “School Development Program” dirigida a las minorías, alumnos con fracaso escolar, que tiene tres principios básicos: colaboración, consenso y solucionar problemas sin culpabilizar.

- La estadounidense “Accelerated Schools”, en las que la familia se involucra activamente en la educación.

- El “Success for All”, cuyos objetivos son que todo el alumnado tenga raíces cognitivas, intención y confianza en aprender, aprobar cada año y acabar la formación básica.

El estudio de estos ejemplos le forjó su concepto de cómo educar.

Así, según Flecha, conviene educar en valores de interculturalismo y pluriculturalismo como opciones de una dinámica de diálogo hacia la igualdad, de forma que se disminuyan los efectos exclusores y aumenten los efectos igualadores de la relación entre la cultura dominante y el resto.

Con unos valores así, y el resto de los que promulga este autor, la educación caminaría hacia una evolución y ruptura de la homogeneidad de todas las culturas, considerándose todas las culturas se enriquecerían en su mezcla con otras y a su vez son ya suficientemente ricas como elemento individual.

Este enfoque me recuerda a Europa, donde cada país es un ingrediente con su propio sabor, no se trata pues en el viejo continente, ni de hacernos perder nuestra identidad de “tomates” sino de empastarnos bien en una ensalada formando un nuevo sabor más rico y a la vez abierto a nuevos ingredientes. Puedes comerte un tomate sólo, y está bueno como alimento único, o puedes mezclar, tomate, cebolla, lechuga, etc. y formar una ensalada cultural, que enriquece el sabor final. Así sueña Europa y así se deben educar por tanto los niños europeos, que son el mañana. Aunque he de reconocer que este sabor últimamente empieza a estar un poco amargo, pero hoy no hablo de política.

Y si algo necesita Europa para alcanzar su sueño es diálogo, que es factor que más defiende Flecha en sus “Comunidades de aprendizaje” con la educación dialógica. Por tanto una educación como la que promulga Flecha, formará nuevas generaciones mucho más dialogantes.

Es conveniente, a mi modo de verlo, educar para transformar la sociedad, y esto se hace desde la escuela, y para ello necesitamos la implicación y voluntad del entorno de la escuela, de la familia, del barrio, del pueblo, de toda la comunidad...

Sólo así, y basando el aprendizaje en métodos dialógicos y participativos, sacaremos diamantes en bruto de trozos de carbón condenados a futuros inciertos, que harán del mañana en nuestra sociedad una convivencia mucho más satisfactoria para todos, sin pretender homogeneizar al diferente, sino integrándonos todos activamente los unos con los otros.

Juanjo.
Saludos.

Cita perteneciente al libro:

“Nuevas perspectivas críticas en educación”

Barcelona, 1994, Paidós Educador
Autores: Manuel Castells, Ramón Flecha, Paulo Freire, Henry Giroux, Donaldo Macedo y Paul Willis