Después de la llamada de rigor de mi marido para indicarme que ya estaban allí, que me quería y que en apenas una hora empezaba la carrera, me puse frente al televisor con la vana esperanza de verlos entre toda aquella multitud de gente.
Me tragué toda la carrera a través de la tele, sin entender quien iba primero, ni segundo, ni último. Sólo intentanto distinguir a mis dos Migueles a través de la pequeña pantalla. Quise intuirlos en varias ocasiones, pero nada más.
Después de casi dos horas, un hombre ondeó una bandera a cuadros y comprendí que la carrera había finalizado.
En apenas treinta minutos Miguel me volvió a llamar.
- Amor, ha sido espectacular, un día inolvidable. Siento mucho que no hayas podido venir a verlo -se le notaba nervioso, agitado, deslumbrado- Lito está que ni se lo cree, tendrías que haberlo visto subido encima del asiento animando a todos los coches. Ahora mismo salimos para allá, un beso amor, y otro de Lito. Te quiero.
Y así, con esa alegría ajena, esperé en casa, tranquila y emocionada a la vez. (...)
Pasaron seis horas -demasiadas pensé- y aún no habían vuelto; la ida les costó cinco (...).
...siete horas. Me seguía inventando razones, pero después de inventarlas surgían flecos que era incapaz de justificar (...).
Cuando, transcurridas diez horas, me llamaron por teléfono, no me hizo falta inventar nada más. (...)
Era una llamada del hospital. El coche de Miguel se había empotrado contra un camión mientras realizaban un adelantamiento. Evidentemente no me lo dijeron así, fueron palabras más dulces para decir lo mismo.
Los bomberos estuvieron más de cinco horas para liberar los cuerpos. Murieron, los dos, en el acto. A pesar de que seguían las investigaciones, según varios testigos Miguel comenzó a adelantar a gran velocidad en un cambio de rasante, cuando se dio cuenta... cuando se dio cuenta ya tenía el camión encima (...).
Eloy Moreno (El bolígrafo de gel verde)
Cuantas historias, cuantos sentimientos... Este fragmento que acabáis de leer es sólo el resumen de un par de páginas en las que se habla de Sara, la compañera de trabajo del protagonista de "El bolígrafo de gel verde", un libro que ha conseguido apartarme de mis estudios unas horas en los últimos días, ya que aunque mi idea inicial era leer un poquito cada día, acabé teniendo que devorar las 322 páginas que lo conforman de forma compulsiva.
"El bolígrafo de gel verde" es la historia de un hombre, que te atrapa desde el primer momento, una historia contada con tal intensidad que parece autobiográfica. Una historia de un hombre que vive preso en la celda de vida que se ha forjado, que se levanta cada día sabiendo que será una repetición del anterior, un hombre que vive muerto. Una historia de miedos, de inseguridades y de sentimientos que me arrancó algunas sonrisas y más de una lágrima.
Por si esto no fuera poco para leerlo, os diré que su autor, Eloy Moreno, ha sido su propio editor y distribuidor, y que está luchando con todas sus fuerzas y recursos para sacarla adelante. Llevando la novela librería a librería, presentándola en diversos foros, medios y formas. Una forma de innovar para no tener que sucumbir ante los grandes tiburones editoriales. Titánico esfuerzo, al que si encima, tras leerlo te deja tan buen sabor de boca como el que a mí me ha quedado, no se le puede pedir más.
Para los que no lo lleguéis a leer nunca, os digo que os perdéis una gran novela, para los que lo hagáis y la disfrutéis como yo, os invito a que dejéis vuestra opinión en la web
www.elboligrafodegelverde.com.
Supongo que a algunos os sonará el nombre de Eloy Moreno, esto es porque además de un magnífico escritor, es blogger y administra "
Tercera opinión" el blog desde el cual cada domingo da su particular visión de nuestra sociedad. Os invito también a que lo visitéis.
ISBN de la novela: 978-84-613-3580-0
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