Abrió los ojos en el momento en que las primeras luces del alba entraban por las rendijas de la destartalada persiana. El día había amanecido lluvioso y frío. Un fino aguacero había empapado las calles a conciencia y un profundo olor a humedad y tierra mojada flotaba en el aire aquella mañana. El cielo, completamente encapotado, ofrecía un aspecto entre triste y melancólico.
Se asomó por la ventana de su habitación y allí abajo vio a un grupo de chavales, algunos de ellos guarecidos bajo sus impermeables de plástico. Unos se amontonaban al resguardo que ofrecían los toboganes del parque y los frondosos pinos. Otros, más atrevidos, chapoteaban en los charcos con sus botas de agua, jugando a ver quién salpicaba con más fuerza. Mientras contemplaba aquella escena, una amalgama de recuerdos afloró en su memoria. Recordó a un niño con vaqueros acampanados y jersey de lana que era el objeto de las burlas del resto de compañeros de su clase, debido principalmente a sus grandes orejas y su pronunciado tartamudeo. Su padre había abandonado a su madre y a él cuando apenas comenzaba a pronunciar sus primeras palabras, con lo que había crecido en un ambiente falto de autoridad y con grandes carencias afectivas, ya que su madre coqueteaba continuamente con las drogas y el alcohol y no tenía demasiadas atenciones con el pequeño.
La única persona que se preocupó por su futuro fue su abuela paterna que, aunque bastante avanzada en edad y muy castigada por la artrosis, sacaba fuerzas de flaqueza para visitarlos al menos dos veces al mes e interesarse por las condiciones en las que vivían. Fue ella quien escolarizó al muchacho y la que se encargó de él cuando su madre murió por sobredosis. Criado por su abuela hasta que cumplió los quince, fue desarrollando una personalidad gris y oscura, víctima de una sociedad que le había resultado hostil y de una familia totalmente desestructurada. Antes de la mayoría de edad, había entrado y salido en varias ocasiones del reformatorio, aunque siempre volvía a reincidir en algún delito de robo o agresión.
Una lágrima amarga resbaló en su mejilla al darse cuenta de que todos estos recuerdos eran suyos. Y de algo mucho peor aún: que eran recuerdos reales, no eran fruto de su imaginación ni de las drogas. Eran tan reales como la navaja de afeitar que sostenía con sus manos, abierta como un abanico, dispuesta para ser usada. Mientras la sangre de sus muñecas teñía de rojo el agua tibia de la bañera, unos recuerdos que no eran suyos le llevaban, varios años atrás, hasta un hogar donde unos padres que no eran sus padres jugaban y reían con él.
Imagen tomada de Mundo poesía
Oscaret eres un artista! Para cuando el próximo minirelato?
ResponderEliminarBesicos!
Raquel
Como dice la siempre sabia y guapa Raquel este Óscar tiene mucho talente. Y perdona mi ginoracia...me suena mucho pero no caigo en quién es. Bs
ResponderEliminarMuy bonito. Me gusta mucho más que el de Coelho, mucho más sentido y profundo. Gracias Juanjo por compartirlo
ResponderEliminarPrecioso!!!
ResponderEliminarUn saludo
Me encantó, solo espero que sea eso, un relato. La fotografia tambien preciosa. Felicitaciones Oscar. Un beso grande a los dos
ResponderEliminarDe aquí puede pasar a una novela directamente, muy buen estilo, es un relato muy bien logrado.
ResponderEliminarUn saludo.
felicitaciones a Oscar buen relato,un final que hace pensar,saludos.
ResponderEliminar¡¡¡¡¡uyyyyy !!!
ResponderEliminar¡¡¡¡¡Che!!!! aixo, aixo, es molt dur,
la lletra molt bona,
ho sent, tinc tristor, per ell mateix
Excelente relato
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha gustado. Felicita a Oscar.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, Juanjo, por ofrecerme un hueco en tu ventana para compartir mis experimentos narrativos con tus seguidores y gracias a todos vosotros por los comentarios y opiniones.
ResponderEliminarP.D: tengo problemas para dejar mi opinión como "oscar", tendrás que echarme una mano de nuevo.
Saludos.
Oscar.
Mis felicitaciones a Oscar!
ResponderEliminarUn relato precioso,aunque triste.
Un saludo!
@A TODOS: Perdonad por la ausencia de contestación a los comentarios hasta hoy, pero he tenido problemas con el monitor del ordenador y he estado 3 días sin pc...
ResponderEliminar@Raquel: Ya le he dicho que está invitado a escribir cuantos quiera para el blog. Besos guapa. TQ.
@David Sánchez: Despistadillo, es mi amigo, con el que voy a correr. Un día te vimos a la vuelta ¿te acuerdas?
@Francisco Galván: De nada Paco. Sabía que te gustaría.
@Juancar: También a mí me lo parece. Y tiene más, los iré trayendo, si se deja... Saludos.
@Luciérnagadeluz: Sí, tranquila sólo es un relato. La foto la encontré en un blog y me pareció muy apropiada. Besos.
@Dean: Se lo he dicho en muchas ocasiones, pero no acaba de creérselo. Un saludo.
@Severino: Sí, es que Óscar tiene muchas ideas, y sabe transmitirlas estupendamente. Un saludo.
@José Jaime: Si, és una història trista, però de tot es pot aprendre...
@Felipe Medina: Viniendo de un profesor como tú, son palabras mayores, se las haré llegar. Un abrazo.
@Carmen: Lo haré de tu parte. Un beso.
@Óscar: Mira, ya no hace falta que te haga llegar nada, veo que has pasado por aquí para ver el festín. Claro que te ayudo hombre, a ver que tarde puedes y lo miramos. mi ventana es tuya cuantas veces la quieras utilizar. Un saludo.
@Alejandro Pardellas: Sí, como la vida misma. Un abrazo.
Hola Juanjo..
ResponderEliminarEstelar relato.. felicitaciones a Oscar...
Espero que tu pc se encuentre mejor... un abrazo a los tres
@Balovega: Gracias, se lo haré llegar. El tema de estar sin ordenador se ha solucionado con un monitor nuevo... En fin...
ResponderEliminarExcelente relato... por cierto, me he acordado de una deuda ,)
ResponderEliminarCarpe Diem
@Adolfo Suárez: Yo no la he olvidado, jejeje
ResponderEliminarCarpe diem.
Estoy con mi vecino.
ResponderEliminarTiene madera.
@Juan Carlos López: Le alegrará saber tu opinión. Un saludo.
ResponderEliminarMuy bueno el relato, dale la enhorabuena el escritor. Saludos
ResponderEliminar@Pharpe: Gracias. Lo haré de tu parte. un saludo.
ResponderEliminarME HA IMPACTADO EL RELATO:
ResponderEliminarPorque: por desgracia he visto, de cerca casos parecidos, chicos que la gente juzga muy apresuaradamente, por estar en drogas, alcohol, o ser unos gamberrillos , oa veces enfermos mentales, por todo lo que han vivido, o pasado.
Y SABIENDO SU HISTORIA los juzgan duramente.
ES DIFICIL AUNQUE NO IMPOSIBLE:
sobrevivir y salir del mundo marginal y de drogas o lo que sea....
SI NO TIENES UN HOGAR ESTRUCTURADO O UNA FAMILIA DONDE APOYARTE, imposible ?no? dificil ?si?.
COMPASION, COMPRENSION, Y OFRECER AYUDA (hay muchos tipos, informar, decirle a donde obtenerla, y por lo menos no despreciarlo o acusar en falso por las pintas, o lo que sea)
Un saludo. Muy bien desarrollado el relato . Intentare leerte mas veces. Me gusta los relatos
@Candy: Se lo haré llegar a Óscar, su inventor, seguro que le emocionan tus palabras.
ResponderEliminarun abrazo.