lunes, 27 de septiembre de 2010

Frases profundas (de Groucho Marx)

No estoy seguro de cómo llegué a ser actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso me he ganado la vida muy bien haciéndome pasar por uno de ellos.

Los amigos van y vienen… ¡pero los enemigos se acumulan!

Si el amor es ciego… ¡mejor darle una probadita antes!!!


Si fuese bueno tener mujer, ¡Dios tendría una…!

Y si se pudiese confiar en ella… el diablo no tendría cuernos…

 Sean amables con sus hijos… Ellos son quienes un día escogerán vuestro hospicio…

Algunos aman tanto a su mujer que para evitar gastarla, ¡utilizan la de otro…!

Peor que una piedra en el zapato… un granito de arena en el preservativo…

Aunque es del dominio público, creo que puedo anunciar que nací a muy temprana edad.

Los jefes son como las nubes… ¡¡cuando desaparecen, el día se arregla!!

Nunca pertenecería a un club que admitiera de socio a un tipo como yo.

Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros.

Disculpen si les llamo caballeros; pero es que no les conozco muy bien.

¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?

No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos.

El verdadero amor sólo se presenta una vez en la vida… y luego ya no hay quien se lo quite de encima.

El amor es como la gripe: la pescas en la calle ¡pero te curas en la cama…!

El matrimonio es la principal causa de divorcio.

Hay muchas cosas en la vida más importantes que el dinero… ¡Pero cuestan tanto!

- ¿Cómo ha tenido 20 hijos en su matrimonio?
- Amo a mi marido.
- A mí también me gusta mucho mi puro, pero de vez en cuando me lo saco de la boca.

La jerarquía es como un estante… ¡a más altura, menos sirve…!

Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.

La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.

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sábado, 25 de septiembre de 2010

El día que yo me muera

Quiero el día que yo muera
poder donar mis riñones,
mis ojos y mis pulmones.
Que se los den a cualquiera.

Si hay un paciente que espera
por lo que yo ofrezco aquí
espero que lo hagan así
para salvar una vida.
Si no puedo respirar,
que otro respire por mí.

Donaré mí corazón
para algún pecho cansado
que quiera ser restaurado
y entrar de nuevo en acción.

Hago firme donación
y que se cumpla confío
antes de sentirlo frío,
roto, podrido y maltrecho
que lata desde otro pecho
si ya no late en el mío.

La picha yo donaré,
que se la den a un caído
y levante poseído
el vigor que disfruté.
Pero pido que después
se la pongan a un jinete,
de los que les gusta brete..
Sería eso una gran cosa
yo descansando en la fosa
y mi picha dando fuerte.

Entre otras donaciones
me niego a donar la boca.
Pues hay algo que me choca
por poderosas razones.
Sé de quién en ocasiones
habla mucha bobería;
chupa lo que no debía
y prefiero que se pierda
antes que algún comemierda
mame con la boca mía.

El culo no donaré,
pues siempre existe un confuso
que pueda darle mal uso
al culo que yo doné.
Muchos años lo cuidé
lavándomelo a menudo.
Para que un cirujano boludo
en dicha trasplantación
se lo ponga a un maricón
y muerto me den por el culo. 


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lunes, 20 de septiembre de 2010

A todos nos pasa factura el tiempo (segunda parte)

El pasado año pudimos comprobar en este blog cómo les había pasado factura el tiempo a diversos personajes animados (ver AQUÍ). Por ello y para celebrar el aniversario, he pensado que sería justo ver cómo les fue a las princesas y las más famosas protagonistas de los cuentos. Espero que os guste:

Así le fue a Cenicienta.
A Blancanieves.
A la Bella durmiente.
A Yasmín.
A Bella
Y a la pobre Caperucita roja.
Saludos.
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lunes, 13 de septiembre de 2010

Kaleke



Kaleke caminaba descalzo sobre la tierra polvorienta que cubría todo el trayecto que llevaba desde su casa hasta el pozo. Los dos cubos que transportaba atados a cada extremo del palo se balanceaban juguetonamente de un lado hacia otro en un eterno vaivén. El sol comenzaba a despuntar sobre el horizonte y dibujaba sombras alargadas en la desnuda espalda de ébano del chico.


Se había levantado temprano, un día más, para poder echar una mano a sus padres en los quehaceres de la casa, si es que así se le podía llamar a la pequeña cabaña que compartía con ellos,  su hermano y su abuela. 


Hacía poco que su hermano pequeño Musamba, más hábil en ciertos menesteres, le había enseñado a silbar y practicaba sin descanso siempre que podía. Estaba perfeccionando una melodía que les cantaba su madre desde que eran pequeños. La silbaba una y otra vez sin descanso y con entusiasmo para evitar que el recorrido se le hiciera tan duro.

De pronto, el suelo comenzó a temblar con un sonido apagado que poco a poco iba en aumento. Volvió la cabeza y vio como una nube de polvo se dirigía hacia él. Temeroso, dejó caer los cubos al tiempo que se apartaba del camino principal y se ocultaba tras la maleza. Permaneció inmóvil durante un tiempo que a él le pareció eterno, hasta que el estruendo llegó hasta donde estaba. Allí delante, a unos metros, en el mismo camino por donde había pasado hacía un rato, vio lo que parecía un extraño demonio que rugía pero que no tenía boca. De su interior aparecieron dos hombres con unos bastones que cogían con ambas manos, aunque eran unos bastones como nunca antes había visto. Uno de ellos elevó el bastón por encima de su cabeza y de pronto comenzó a escupir truenos, por lo que Kaleke se asustó y comenzó a correr hacia el interior de la sabana. El hombre le vio y corrió tras él hasta que le dio alcance. Kaleke notó un golpe en la cabeza y después le envolvió la oscuridad.


La madre andaba preocupada, pues su hijo hacía horas que debía haber regresado con el agua. Había mandado a Musamba a buscarle ya que ella estaba enferma y no podía caminar debido a su estado, pero éste había vuelto al cabo de una hora y media sin noticias de su hermano.

El padre regresó de su dura mañana de caza con dos liebres colgadas de su cinto. Cuando se enteró de la noticia decidió salir en su búsqueda y siguió los pasos de su amado hijo para intentar averiguar su paradero. Cuando encontró el palo con los dos cubos a un lado del camino se detuvo. Fue entonces cuando se fijó en las huellas dejadas por el todoterreno y comenzó a comprender.


Sus manos estaban atadas y caminaba con dificultad ya que llevaba los ojos vendados. De vez en cuando oía cómo le gritaban mientras le daban empujones para que no perdiera el paso. Al quitarle la venda tuvo que protegerse con los brazos de la claridad que entraba por una pequeña ventana. Cuando se hubo acostumbrado a la luz vio con asombro que se encontraba en una especie de habitación con muros de piedra rodeado de chavales de edades en torno a la suya.
-¿Cómo te llamas?
-....
-¿No sabes hablar?
-Ka...leke- balbuceó.
-Yo soy Tenka y mi padre es el jefe de mi tribu. Él vendrá y me rescatará, y también a ti. Es muy fuerte y valiente, hasta los leones le temen. Ha cazado varios y una vez mató  una serpiente con sus brazos.

Mientras Kaleke escuchaba la historia de su nuevo amigo echó un vistazo al resto de los muchachos que les rodeaban. En sus caras veía reflejadas la angustia y la tristeza de haber sido arrancados del seno de sus familias. Algunos de ellos se habían orinado y avergonzados mantenían sus cabezas agachadas mirando al suelo. Otros chillaban y golpeaban en vano la puerta tratando de pedir auxilio. En mitad de aquel caos tuvo una sensación que no había experimentado jamás, sintió una gran opresión en el pecho y unas ganas irrefrenables de llorar.

Al cabo de un rato, la pequeña puerta que había permanecido cerrada se abrió y Kaleke reconoció a uno de los dos hombres que había visto bajar del extraño demonio que rugía. Traía consigo un saco de panecillos que vació en el centro de la habitación y una palangana con agua que dejó en el suelo junto a un pequeño cazo metálico. El hombre se marchó y los chavales se abalanzaron sobre las provisiones.


Los años habían transcurrido lentamente en el poblado. Pero más lentamente para la familia de Musamba, sobre todo desde la desaparición de su querido hermano. Todos los días rogaba a los dioses que le devolvieran a la persona que más quería junto a sus padres. Y todos los días se acostaba con la esperanza de que a la mañana siguiente, al despertar, su hermano estaría junto a él, se levantarían y se irían al gran árbol del bosque a jugar colgados de sus ramas. Esa noche soñó que se bañaban juntos en el lago que se formaba al sur del poblado durante la época de las lluvias y que servía de abrevadero para las manadas de animales.

Un estruendo ensordecedor le despertó en mitad de la noche. Salió apresuradamente de la cabaña y bajo la luz de la luna distinguió un grupo de soldados que estaban asaltando el poblado con sus armas automáticas, apresando a los más jóvenes. Sin pensarlo dos veces echó a correr, pero uno de ellos ya lo había visto y dio la voz de alarma al resto. Montados en su todoterreno, un par de hombres dieron caza al fugitivo. Musamba creyó reconocer a uno de ellos.
-Hermano, ¿eres tú?
Aquél le miró con gesto extraño y preocupado. Sus ojos dijeron que sí pero negó con la cabeza. Lo apresaron y lo subieron con ellos. Cuando regresaban a reunirse con el resto, el soldado golpeó a su compañero con la culata del arma y empujó a Musamba del vehículo.
-¡Corre! ¡Corre!

Corrió tan rápido como nunca antes había corrido, aunque le dio tiempo a echar la vista atrás un par de veces, lo justo para ver cómo aquel soldado que le había ayudado a escapar era abatido de un disparo por su compañero herido.

-¡Kaleke!- imploró Musamba.-¡Kaleke!- el eco sordo de su voz se perdió en la inmensidad de la llanura.
Una ráfaga de ametralladora sonó detrás de él. Eran miembros del ejército que venían a contrarrestar las acciones furtivas de la guerrilla. Una vez sofocada la escaramuza y los asaltantes puestos en fuga, Musamba se volvió a reunir con sus familiares que, por suerte, no habían resultado heridos. Otras familias no habían corrido la misma fortuna, ya que sus hijos habían sido reclutados por los soldados de la muerte.

-Kaleke, deja de jugar con las luciérnagas, es hora de dormir.
-Papá, cuéntame la historia de mi tío una vez más.
-Está bien. Si me prometes que te acuestas, te la contaré.
El niño asintió.
-Bien, comencemos: yo tenía un hermano al que quería mucho y que se llamaba como tú.

Otro relato de Óscar Morcillo.
Para disfrutar de más relatos de Óscar:

De tu esposo, que tanto te quiere (una carta de amor que esconde la trágica verdad)
El amor de Fahyun y Nemat (inspirado en el caso de Nemat Safavi)
Sensaciones (sobre sensaciones únicas e irrepetibles en la vida)
La lluvia y la navaja de afeitar (con un final sorprendente)
Quimerio (una historia espeluzante e intrigante)
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jueves, 9 de septiembre de 2010

El 8 de octubre escribimos sobre la convivencia


Pensamientos JFS y blog.artecar24 convocan a todos los blogueros que lo deseen a escribir sobre la convivencia el próximo 8 de octubre de 2010.

Antecedentes o cómo surge la idea

El año pasado, ya hubo un proyecto que versó sobre solidaridad. Se aceptó el reto y escogida la fecha, sin otro propósito ni motivo que tener tiempo suficiente para promocionar la idea se movilizaron 153 blogs, que se dice pronto. Fue algo magnífico ver y leer a 153 mentes escribiendo, cada quien a su modo, libremente, sobre la solidaridad.

Ahora, este año, queremos repetir la experiencia. La palabra escogida: convivencia. Como el año pasado todo parte de una pregunta en un comentario. 
Aclaraciones aclaratorias (de los ideólogos de la propuesta)

No buscamos publicidad ni enlaces ni que nos conozcan. Si te dicen, lees o piensas que hacemos esto por promocionar nuestros sitios yo te propongo algo: ¡róba nuestra idea! ¡hazla tuya! ¡difunde la propuesta y preséntala como propia!

Ahora bien, Senovilla y yo (Ángel Cabrera) mismo sí queremos enlazarte. Deja tu comentarios en nuestros artículos, envíanos un correo privado, contacta a través de nuestras cuentas en Twitter. Yo quiero enlazarte a ti solo porque tú vas a participar. Yo quiero reconocer tu adhesión a esta iniciativa promocionando tu sitio con todas mis posibilidades.

¿Qué hay que hacer?

1. Promocionar esta iniciativa antes del día 8 de octubre de 2010 para conseguir el mayor número de participantes.

2. Escribir el día 8 de octubre de 2010 sobre lo que es para ti la palabra convivencia.
(Si el 8 de octubre no puedes escribir o temes olvidarte, puedes programar la entrada desde mucho antes. Casi todos los sistemas de blogs permiten usar la publicación programada.)

Sin normas pero con orden

No hay normas. No vamos a decirte cómo o qué debes hacer o escribir ese día. Sólo te pedimos que hagas algo en tu blog relacionado con lo que significa para ti convivir, la convivencia.

Pero... sí queremos enterarnos de que lo haces para poder enlazarte nosotros a ti. Deja tu comentario en el artículo de Pensamientos JFS o en artecar.24, así te podremos seguir la pista y en los días posteriores publicar un listado de los artículos escritos.

(Imagen superior encontrada en *Guía Pedagógia*.)

Toda la información y cualquier duda en este enlace: 
http://blog.artecar24.com/2010/08/el-8-de-octubre-escribimos-sobre-la.html
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martes, 7 de septiembre de 2010

Una lección para el rey


Imagínate por un momento en un país remoto, con la tarea de educar a los 58, sí 58, hijos de un rey chapado a la antigua, y con muchos prejuicios todavía por superar...


Ese es básicamente el panorama que se encontró la protagonista de la película de la que hablaré hoy.

Basándose en el diario de Anna Leonowens, la escritora Margaret Landon escribió "Ana y el Rey de Siam", de la cual se han realizado tres películas y una versión animada. La que hoy me ocupa es la versión más actual:

FICHA:
Ana y el rey

País: EEUU
Año: 1999
Director: Andy Tennant
Reparto: Jodie Foster, Chow Yun-Fat, Bai Ling, Tom Felton
Sinopsis:
Thailandia, finales del siglo XIX. La vida de la institutriz británica Anna Leonowens, contratada por el Rey de Siam para que educara a sus cincuenta y ocho vástagos. Nada más llegar a estas desconocidas y exóticas tierras, Anna se ve inmersa en una lucha de ingenio con el obstinado soberano. Basada en hechos reales.

Recibió 3 nominaciones a los Premios Oscars.

COMENTARIO:

Me la recomendaron por su vertiente educativa, y me ha sorprendido gratamente. Lo único negativo que he podido observar es la duración, 2 horas y pico quedan un poco excesivas...

En contrapartida me he encontrado con una historia en la que además de tener que educar a 58 hijos de un rey, Jodie Foster no para en ningún momento de dar lecciones al rey, sí, al rey. Lecciones que van desde la esclavitud (que en ese momento histórico estaba muy extendida en Siam), pasando por un injusto sistema judicial (que después se mejoró) hasta temas todavía hoy tan actuales como la igualdad de géneros.

Sin duda toda una lección "real" de educación en valores, aderezada con unos paisajes de ensueño y una película de cuidados detalles.

Recomendable para una tarde de domingo en el sofá.
Saludos.

Enlaces:

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domingo, 5 de septiembre de 2010

Frases profundas - Septiembre 2010

Todas las setas son comestibles, algunas sólo una vez.

Los amigos van y vienen, pero los enemigos se acumulan.

Peor que una piedra en el zapato, un granito de arena en el preservativo.

A veces veo cosas que me dejan como a los bancos. No doy crédito.

Para evitar tener hijos... haz el amor con tu cuñada, así sólo tendrás sobrinos.

Los jefes son como las nubes, cuando desaparecen, el día se arregla.

Sed gentiles con vuestros hijos, ellos serán los que escogerán vuestro hospicio.

Si un día te sientes deprimido e inútil, recuerda que fuiste el espermatozoide más veloz.

La jerarquía es como los estantes... Mientras más altos, menos sirven.

Tu futuro depende de tus sueños. Así que no pierdas más tiempo y vete a dormir.

Los hombres mentiríamos mucho menos si las mujeres no hicieran tantas preguntas.

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jueves, 2 de septiembre de 2010

Del soroll al silenci (Del ruido al silencio)

"Del soroll al silenci" es el título del libro que hace unos meses publicó mi amigo Ximo Huguet (algunos le conoceréis por su blog OndaHistoria). Recientemente he terminado de leerlo y he creído conveniente hacer en este humilde espacio una pequeña reseña del mismo. Mis comentarios, como el título, están escritos en castellano porque sé que muchos de los seguidores de este blog no entienden el valenciano, pero el libro sí está escrito en valenciano. 

En la primera parte del libro, Huguet descubre, con nombres y apellidos, quiénes eran las personas que vivieron en la retaguardia republicana en nuestro pueblo, Onda. Las que encabezaron los  "Comités antifascistas y revolucionarios". También nos hace caer en la cuenta del papel que vivían las mujeres en un momento en el cual no tenían el mismo estatus que ahora. O de otros temas, como la violencia cometida por los republicanos, la llegada de refugiados, etc.


Ya en la segunda parte del libro podemos trasladarnos con nuestra imaginación a la horrible realidad del día a día de la guerra, los bombardeos sobre Onda (espectaculares las imágenes reales que acompañan al libro), el testimonio real de la gente que tuvo que esconderse en la "cova de l'Algepsar" (imagen sobre estas líneas), y las bajas (registradas) que hubieron en esos días. Sólo imaginarlo te deja con un nudo en la garganta. 

Y en la tercera parte, Ximo Huguet nos lleva al silencio, a ese silencio que duró casi 40 años, en el cual podemos imaginar a un pueblo en ruinas, un pueblo que tuvo que levantar la mano cuando tocaba hacerlo, un pueblo cuyos ciudadanos (como los de tantos otros lugares) sufrieron fusilamientos, encarcelamientos, multas, incautaciones de viviendas, etc. En una situación en la cual el Ayuntamiento, la Iglesia, la Falange y la Guardia Civil jugaron un papel determinante para ejercer una represión que consolidaría al franquismo.

  Sin duda, con "Del soroll al silenci", Ximo Huguet ha sabido sintetizar el trabajo que ha realizado durante meses estudiando diferentes fuentes, para hacérnoslo llegar de una forma cercana y poder imaginar cómo se vivieron aquellos años. Y además todo ello acompañado de datos reales, documentos de la época y fotografías inéditas. 

Para acabar me gustaría reproducir una de las frases que más me han gustado del libro: 

"...el final de la guerra civil supuso el paso del ruido ocasionado por los anhelos de libertad, social y política, de la II República, al inicio de un silencio prolongado durante décadas por la dictadura del régimen franquista".
"Del soroll al silenci" disponible en las librerías de Onda y también en la red (pinchar AQUÍ).

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