El Partido Popular sigue empeñado en boicotear la educación sea como sea, todo vale para sabotear a la LOE y al gobierno socialista.
Al hilo de la decisión del Conseller de Educación Font de Mora (el mismo que calificó al catalán como lengua extranjera (léase aquí)) de impartir la asignatura "Educación para la ciudadanía" en inglés, miles de estudiantes se han manifestado hoy.
Yo estoy firmemente convencido que al señor Font de Mora, no le importa para nada lo que diga esta asignatura y probablemente ni ha meditado sobre ella.
Se trata simplemente de fastidiar al PSOE y bailarle el agua a la Iglesia. Lo más patético es pensar que quizá este espíritu conservador sea tan hipócrita como el patriotismo mostrado recientemente por el dirigente nacional del Partido Popular...
Merecemos un Conseller, sea del partido que sea, que piense en la educación, en los maestros, y sobretodo en los alumnos.
Si los grandes pensadores de la Educación tuvieron la valentía de poner en cuestión lo que les rodeaba pese a las consecuencias que sufrieron por ello, tomo su ejemplo y no esquivo mi responsabilidad. Es inevitable no hablar del enfrentamiento ideológico que ha provocado la implantación en el currículum escolar español la "Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos". Es cuanto menos chocante que la gestación y puesta en marcha de una asignatura que, según sus defensores, tiene como uno de sus fines implícitos promover el consenso social por medio del diálogo, haya provocado tanta división entre la comunidad educativa. Tampoco es moco de pavo que sus alarmados detractores le pongan objeciones utilizando expresiones del tipo “adoctrinamiento ideológico en la escuela” o de “inadmisible invasión del estado en el terreno de la libertad educativa”.
Las sospechas que nos generan ambos bandos me provocan un notable recelo en cuanto a la toma de posición por uno o por otro. Sus contradicciones me inclinan a tomar una postura neutral. No debe entenderse esto como una huida para no asumir responsabilidades sino como una resistencia a caer en el juego maniqueo que proponen los políticos que utilizan la educación como un campo más de sus particulares batallas. Negarle toda razón y criterio al oponente por el simple hecho de estar enfrente y no concebir la idea de tender puentes para el encuentro es pervertir el espíritu de "Educación para la Ciudadanía".
La ONG considera que “la educación es un derecho de todas las personas pero que es, además, una responsabilidad de la ciudadanía, de las familias, de las autoridades, de los colectivos sociales, de la escuela. Una educación en la que debe participar todo el mundo y que debe estar basada en el respeto a los derechos fundamentales y a las normas internacionales que los rigen. La materia “Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos” supone un paso más para alcanzar una cultura de derechos humanos”.
Para los que viven atrincherados y gozan de intercambiarse libros de texto y reformas educativas a modo de proyectiles, les recomiedo la cita de Francisco Giner de los Ríos: “La escuela deber ser neutral, como la educación en todos sus grados; no a la verdad con esa neutralidad indiferente del vulgo, que se encoge de hombros y confunde en el mismo desdén a cuentos por diferentes caminos se afanan por sacarlo de su embrutecimiento; (…); sino con la firme conciencia de que aun lo más graves errores aportan su contingente de verdad, por densas que sean las tinieblas que la oscurecen”.
Por todo ello concluyo, Font de Mora, márchese a su casa, deje de politizar la educación, y deje a los maestros, que ellos sabrán ponerle a "Educación para la ciudadanía" el suficiente sentido común con el que la asignatura cobrará significado sin incurrir en "adoctrinamientos ideológicos" (eso ya lo hacen sus amigos los obispos en la radio). Deje, una vez más, que sean los maestros, o al menos los buenos maestros, los que cubran las insuficiencias de su Consellería con su talento vocacional.
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