martes, 27 de abril de 2010

Los golpes de la vida


Después de casi dos meses de ausencia (los estudios), hoy este blog vuelve a lanzar una publicación. Sí, ya sé que algunos pensábais que no volvería, pero si la extinción no pudo con este dinosaurio tampoco lo iban a hacer los estudios. En unos días volveré con más tiempo.

Arrancamos con otro comentario de película, en este caso escrito por mi amigo y colaborador Óscar Morcillo, cuyas palabras suscribo al 100%. Un abrazo a todos.

Ayer vi “Los cuatrocientos golpes” de Truffaut. Y me dejó una sensación un poco extraña: había asistido a una película dura, triste, entrañable, amarga y sin embargo no había conseguido emocionarme, al contrario que otra película similar, pero muy posterior, “Los chicos del coro” (magnífica), que también trata sobre niños problemáticos. Bien es cierto que las desventuras del protagonista son dignas de un folletín telenovelesco, pero están contadas sin sentimentalismo, ni artificios de ningún tipo, una forma de narración desconocida para mí y que no se da en el cine contemporáneo.

La película trata sobre Antoine, un muchacho parisino de familia de clase media-baja que vive en un piso minúsculo junto a sus padres en los años cincuenta. Nos relata la transformación que va sufriendo en la dura etapa del paso de la infancia a la adolescencia, narrada de forma muy sobria. Cuenta con una gran actuación del niño protagonista, bien secundado por el resto de actores. Describe y a la vez critica cómo era el sistema educativo de la época, en el que imperaba la mano dura, y cómo éste influye, más bien negativamente, en la formación personal del protagonista. Nos presenta a sus padres como unos sujetos egoístas e irresponsables que no sienten cariño por su hijo: él no es su verdadero padre y la madre reconoce que lo tuvo sin desearlo. Todas estas circunstancias son un caldo de cultivo para que el pequeño reaccione de forma previsible. El desenlace final es narrado de manera algo abstracta, aunque quisiera destacar la última secuencia, que es el único momento en el que logra arrancarme un sentimiento, aunque no sabría cómo definirlo exactamente.


Por último quisiera añadir que es una peli con un visionado imperecedero. Su temática es atemporal, trata sobre el principal problema que puede tener un niño del primer mundo en su infancia, la falta de cariño y de atención. Una circunstancia que también se da en la actualidad en gran medida, pero con la diferencia de que antes se les castigaba y ahora se les compran consolas, ordenadores y artilugios de todo tipo para que se distraigan y no nos "molesten", olvidando que la educación de nuestros hijos la han de recibir directamente de sus progenitores, pues somos sus modelos a seguir.

Bueno, espero no haber destripado excesivamente el argumento y al menos haberos despertado la curiosidad de ver el film, pues creo que es interesante.

Ficha:

Título original: Les Quatre cents coups
Año: 1959
Duración: 94 minutos. 
País: Francia.
Director: François Truffaut.

Cannes 1959: Mejor director

Sinopsis: A sus doce años, Antoine Doinel convive con los problemas conyugales que sus padres no se atreven a afrontar y las exigencias de un severo profesor. Por temor a su maestro, ya que no ha cumplido un castigo que éste le había impuesto, decide hacer novillos junto a su amigo René. Inesperadamente ve a su madre en compañía de otro hombre; la culpa y el miedo le llevan a una sucesión de mentiras y riñas que poco a poco van calando en su ánimo. Junto a René sueña con conocer el mar y trazan un plan para conseguirlo.

Crítica por Óscar Morcillo
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