Acabo de ver "Bicicleta, cuchara, manzana" un documental que a través de la figura de Pasqual Maragall (alcalde de Barcelona durante 15 años y president de la Generalitat durante 3), hace un recorrido por la enfermedad del Alzheimer.
A lo largo del documental se puede aprender y conocer mucho más de esta terrible enfermedad, pero gracias a la familia de Pasqual y a su família, descubrimos también que se tiene, se debe, de enfocar de una forma diferente a la que podría pensarse. Maragall sabe que no acabará con el alzheimer a corto plazo, pero que aunque "quizá él no lo verá" pronto tendrá solución. Dice con ese espíritu se pasa de ser paciente a ser actor. En definitiva un aire de optimismo que es admirable.
Ah, y desde los primeros minutos queda claro que ya está bien del "pobrecitos", el mensaje del film intenta ser esperanzador, alegre e interesante, y sin duda, lo consigue. Por todo ello os recomiendo que veáis el documental encarecidamente.
A nivel personal, a mí me descubre a un Maragall muy cercano a la gente y que tiene todas las características para parecer una buena persona, se nota en cómo hablan de él y en como se nos muestra ante las cámaras él mismo. Humilde, cercano y sencillo.
Bicicleta, cuchara, manzana
Dirección y guión: Carles Bosch. País: España. Año: 2010.
Duración: 105 min. Género: Documental.
En el otoño del 2007, a Pascual Maragall se le diagnostica la enfermedad de Alzheimer. Tras el duro golpe, él y su familia inician una cruzada contra la enfermedad y, desde el primer paso, esta película se convierte en testigo excepcional. Con inteligencia, sinceridad y buen humor, Maragall se deja retratar junto a su familia y los médicos para dejar constancia del día a día de su lucha personal. Dos años de seguimiento a un paciente excepcional dispuesto a que los científicos encuentren la cura antes de que la cifra de 26 millones de enfermos en el mundo se multiplique por 10. Una película dura, pero optimista a pesar de todo.
Vull ajudar a derrotar aquesta malaltia. Personal i col·lectivament. Enlloc no està escrit que hagi de ser invencible.
Pasqual Maragall