Gracias a todos los que ayer me felicitásteis por mi 30 cumpleaños a través del Facebook, del correo o por sms. La verdad es que me siento totalmente igual que con los 29. No se ha acabado el mundo ni duermo diferente, jejeje Además, me hizo reflexionar sobre el cambio tecnológico reflejado en nuestras vidas (más de 60 personas me felicitaron sólo a través del Facebook).
Los que me conocen bien saben que además del 28 de mayo, el 29 de mayo es una fecha muy especial para mí, además de por ser el día siguiente a mi cumpleaños, es también la fecha en la que empecé a salir con Raquel allá por 1999, y casualmente, es también la fecha en la cual nos casamos allá por 2004.
Aquella madrugada del 29 de mayo de 1999 comenzó el camino de una relación de la cual años más tarde nacería "algo pequeñito", que por cierto, para completar la quiniela, llegó también un 29 (pero de diciembre). Así que sin duda el 29 es un número muy especial para nosotros.
Así, esta noche, celebramos 11 años de camino (6 de ellos con carnet) y 5 meses de "algo pequeñito".
En TVE, deben de haberse enterado, ya que a partir de las 21:00h por La 1 y desde Oslo, veremos el clásico "Eurovisión" con el cantante Daniel Diges defendiendo el original tema "Algo pequeñito".
A ver si es una noche redonda, aunque para mí, francamente, ya lo es, porque tengo en casa a una persona muy pequeñita y a otra ya grande que le dan la forma a mi vida.
El timbre de la vieja casa sonó con estridencia. La anciana interrumpió la charla que mantenía con su nieta y abrió la puerta.
-¿Es usted doña Juliana Campos Millán?
-Servidora. ¿Quién lo pregunta?
-Traigo una carta certificada. Por favor, anote su dni y fírmeme el recibo. Aquí.
Mientras el funcionario se alejaba calle arriba, Juliana abrió el sobre con sumo cuidado. El celo con el que los operarios precintaban el correo convertía el simple hecho de abrirlo en una operación complicada para quien padeciera artrosis en las manos. Cuando lo hubo conseguido, se sentó en el sofá y se colocó las gafas, bajo la atenta mirada de la joven. En su interior había una carta y otro sobre cerrado. La remitía una asociación para la recuperación de la memoria histórica. En un lenguaje repleto de formalidades y tecnicismos que por momentos se le antojaba casi incomprensible, se le explicaba que dicha asociación promovía una campaña según la cual se estaban rastreando y devolviendo a sus legítimos dueños toda clase de documentos que habían sido requisados durante la guerra civil.
Setenta años atrás, en la sierra de la Galocha, próxima a Huesca, a dos kilómetros del frente nacional, un fugitivo llamado Abel intentaba escapar de las balas de la guardia civil y de los miembros del regimiento Valladolid 20. Montaña arriba gateaba apenas sin fuerzas, con las uñas llenas de tierra, y sin más equipaje que el de un fusil y una granada de mano, con la que pensaba suicidarse en caso de verse acorralado. Unas horas antes, la oscuridad de una noche sin luna había sido su aliada, cuando decidió desertar del batallón franquista en el que estaba combatiendo. Militante de las juventudes socialistas unificadas, al poco de estallar la contienda había sido apresado por el ejército nacional, dándole a elegir entre servir a la patria o ir a la cárcel con todas las papeletas de acabar frente a un pelotón de fusilamiento.
Oculto durante el día y caminando por la noche burló la vigilancia de sus perseguidores hasta que llegó al frente republicano. Dos guardias le dieron el alto. Él les gritó:”¡Uníos, hermanos proletarios!”, una consigna obrera de los anarquistas. Le llevaron ante un coronel que, a cambio de oir su historia, le ofreció un plato de alubias con chorizo, el cual devoró con avidez, ante la mirada atónita de aquél. Días después lo destinaron a Barbastro, a la 28ª división, donde, en una escaramuza, fue hecho prisionero y encarcelado a la espera de juicio. Durante el tiempo que pasó cautivo conoció a otros desertores, como Santiago, un jóven de la “quinta del biberón” que había sido reclutado en Zaragoza.
Santiago había huído de casa un día después del alzamiento, aconsejado por su madre. Contaba que había sido testigo de cómo las tropas republicanas habían entrado en su pueblo y habían quemado el pequeño convento. Al cura le hicieron vestir de paisano y después le obligaron a unirse a ellos en el frente. Con las monjas hicieron lo que les vino en gana, no se salvó ni una. Horrorizado, el muchacho permaneció oculto en el monte hasta que, una noche, acuciado por el hambre, entró a robar en el campamento de las fuerzas nacionales, con tan mala fortuna que acabó siendo apresado.
Otro recluso contaba que, como escarmiento y delante de toda la tropa, habían mandado fusilar a un soldado que se había automutilado en un pie con el propósito de librarse del frente. El pobre desgraciado, debido a la escasa puntería del pelotón, se retorcía en el suelo. Un oficial pidió permiso a su superior para rematarlo y le descerrajó un tiro en la cabeza haciendo estremecer de pánico a todos los presentes.
Aunque no todo eran historias trágicas. Un navarro que había luchado en las trincheras recordaba que andaban todo el día pegándose tiros desde un lado al otro, separados apenas por unos cincuenta metros. Para ponerlos nerviosos les gritaban: “¡Eh, hijoputa, ten cuidado que por poco me vuelas la cabeza!” “¡Oye, tú, a ver si tienes más ojo, cabrón, que esa me ha pasado muy cerca!” En ese momento, el sonido de una ráfaga de ametralladora se elevaba en el cielo y por unos instantes un silencio mortal oprimía el pecho de los soldados. Entonces alguien gritaba:“¡¿Quién te ha enseñado a disparar con el culo, fascista de mierda? Si es que no le has dado a nadie, mariconazo!” Y de fondo se oían unas risas socarronas.
Una madrugada, los carceleros entraron y se llevaron al navarro. No volvieron a verlo nunca más. Entre los compañeros se comentó que seguramente lo habían trasladado por motivos de espacio, aunque en el fondo todos ellos sabían que no era cierto y que les aguardaba un destino parecido.
Ante tan desesperante situación, Abel no dudó en conseguir papel y un lápiz de carpintero, proporcionados por un cabo que se había apiadado de él, para poder escribir una carta de despedida a su esposa, con la que había contraído matrimonio poco tiempo antes. El cabo se comprometió en hacer todo lo posible para que llegara a su destino, pero fue interceptada por un superior y quedó confiscada.
La suerte se alió del lado de Abel, pues consiguió sobrevivir en la cárcel hasta que la guerra llegó a su fin, a pesar de padecer graves enfermedades, como la gripe. Después, y gracias a que un tío suyo terrateniente había dado cobijo y alimentos a un destacamento franquista durante el asedio de Zaragoza, un tribunal lo condenó únicamente a tres años y un día, transcurridos los cuales pudo volver a su pueblo y reunirse con su mujer, que lo daba por muerto.
-Abuela, ¿qué te ocurre? ¿Son malas noticias?
La anciana no podía contener las lágrimas.
-Es una carta de tu abuelo.
-¿Pero cómo es posible? ¡El abuelo murió hace cinco años!
Su mano sostenía la carta que iba en el interior del segundo sobre. Éste venía firmado por Abel Sánchez, un hombre, como tantos otros, que levantó un muro de piedra entre su memoria y los recuerdos de aquel aciago periodo de su vida en el que le dieron un fusil y le obligaron a enfrentarse a muerte contra hermanos y amigos. Jamás quiso hablar con nadie sobre las penurias que vivió y el calvario que tuvo que soportar. Ahora, todo aquel dolor y amargura era revelado de forma sincera a su viuda. Ésta sintió, al terminar de leer la carta, cómo una vieja herida que anidaba en su alma comenzaba lentamente a cicatrizar.
Óscar Morcillo
FELIZ CUMPLEAÑOS ÓSCAR, FELIZ SEGUNDA PATERNIDAD y ya sabes que mi blog, es tu blog también.
Es una cita del libro de los proverbios, aunque el libro que da pie a la historia es este otro, "El libro del origen de las especies" de Charles Darwin:
Y por enseñar con este libro en clase, John Scopes, un profesor de Mississippi fue llevado a juicio. Era un capítulo más de la batalla ciencia y religión, pero no sólo eso, era mucho más... Era un atentado contra la libertad de pensamiento. Por todo ello, Stanley Kramer decidió llevar la historia a la gran pantalla en 1960, y lo hizo a mi humilde parecer notablemente.
Sinopsis: Las contrapuestas teorías del darwinismo y el creacionismo son los dos polos opuestos que enfrentan en una explosiva batalla de creencias al abogado Henry Drummond (Tracy) y al líder ultraconservador Matthew Harrison Brady (March) en una pequeña ciudad de Tennessee en la que se juzga a un profesor por enseñar la teoría de la evolución a sus alumnos.
COMENTARIO:
Considero una película muy apetecible para ver en el aula de secundaria (pese a su duración), en los enlaces os adjunto una propuesta de trabajo (videoforum creo que lo llaman).
En la película, cuyo argumento de fondo es la libertad de pensamiento, no encontramos muchos ingredientes caducos... Encontramos a una Iglesia muy ligada al poder, a una Ciencia que no puede entenderse con la Iglesia, y encontramos la mirada negativa de los católicos más rancios incapaces de admitir que como se dice en la película "La Biblia es un libro. Un buen libro, pero no el único libro".
Espero no ofender a nadie con el párrafo anterior, puesto que intento no pronunciarme nunca sobre la Iglesia, no por su cúpula, con la que disto en demasía, sino por el profundo respeto que siento hacia algunos curas que conozco que hacen labores extraordinarias desde sus humildes parroquias. Dicho esto, sigo.
Lo que deja de relieve la película es la falta de "Libertad de cátedra", libertad, que da derecho a los profesores a investigar en sus campos de conocimiento y expresar sus opiniones sin temor al rechazo o privación del ejercicio de su profesión. ¿Existe hoy la verdadera "libertad de cátedra"? Tal vez en la Universidad sí, pero ¿y en la Educación Primaria?
Bueno, no digo más, sólo les recomiendo que alquilen la película, la descarguen, o lo que quieran, pero no se la pierdan. No tiene despercidio. En los enlaces les dejo unos enlaces sobre opiniones y críticas muy interesantes, una propuesta didáctica para la película y alguna ficha.
FRAGMENTO:
Uno de los momentos más sublimes del film, si os apetece:
Nueva entrega de "frases profundas". En esta ocasión las tomo de "Elreves", el blog de mi amigo Pedro Tremoleda, y además con una temática muy concreta, la estadística.
Se puede asegurar que de cada 10 personas, 5 son la mitad.
Si eres joven, y tienes entre 18 y 20 años: ¡pues tienes 19!
3 de cada 4 americanos representan el 75% de la población
Cuatro de cada cinco personas piensan que el quinto es imbécil.
La probabilidad de que los semáforos nos den luz roja es directamente proporcional al apuro que llevamos.
La probabilidad de tener un accidente de tráfico aumenta con el tiempo que pasas en la calle. Por tanto, cuanto mas rápido circules, menor es la probabilidad de que tengas un accidente
El 20 por ciento de las personas muere a causa del tabaco. Por lo tanto, el 80 por ciento de las personas muere por no fumar. Así que queda demostrado que no fumar es peor que fumar
La estadística es una ciencia que demuestra que si mi vecino tiene dos coches y yo ninguno, los dos tenemos uno.
En los tiempos antiguos no tenían estadísticas, así que tenían que echar mano a las mentiras.
Las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras.
Las siguientes imágenes no tienen desperdicio. En ellas encontrarán (espero) a un artista de cuya existencia he tenido constancia hace unos días gracias a un email, y del cual, lamentablemente desconozco el nombre.
Según el email, el señor se pinta a sí mismo. En la última imagen, resulta casi imposible encontrarlo. Disfrútenlas:
-Mi madre me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO: 'Si os vais a matar, hacerlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!'
-Mi madre me enseñó RELIGION: 'Reza para que esta mancha salga de la alfombra.'
-Mi madre me enseñó RAZONAMIENTO:
'Porque yo lo digo, por eso... y punto!!!!'
-Mi madre me enseñó PREVISIÓN: 'Asegúrate de que llevas ropa interior limpia, por si tienes un accidente.'
-Mi madre me enseñó IRONIA:
'Tú sigue llorando, verás como te doy una razón para que llores de verdad.'
-Mi madre me enseñó a ser AHORRATIVO:
'Guárdate las lágrimas para cuando yo me muera!!!'
-Mi madre me enseñó OSMOSIS:
'Cierra la boca y come!!!!!'
-Mi madre me enseñó CONTORSIONISMO: '¡Mira la suciedad que tienes en la nuca, vuélvete!'
-Mi madre me enseñó FUERZA Y VOLUNTAD:
'Te vas a quedar sentado hasta que te comas todo.'
-Mi madre me enseño METEOROLOGIA: 'Parece que ha pasado un huracán por tu cuarto.'
-Mi madre me enseñó VERACIDAD: '¡¡Te he dicho un millón de veces que no seas exagerado!!'
-Mi madre me enseñó MODIFICACION DE PATRONES DEL COMPORTAMIENTO: 'Deja de actuar como tu padre!!!!!'
-Mi madre me enseñó habilidades como VENTRILOQUIA:
'No me rezongues, cállate y contéstame: ¿por que lo hiciste?'
-Mi madre me enseñó LENGUAJE ENCRIPTADO 'No me, no me... que te, que te...'
-Mi madre me enseñó técnicas de ODONTOLOGIA:
'Me vuelves a contestar y te estampo los dientes contra la pared!!!'
-Mi madre me enseñó GEOGRAFÍA DE ESPAÑA:
'¡Como sigáis así os voy a mandar a uno a Cádiz y al otro a La Coruña !'
-Mi madre me enseñó BIOLOGÍA:
'¡Tienes menos cerebro que un mosquito!'
-Mi madre me enseñó LÓGICA:
'Mamá, ¿qué hay de comer?'' ¡COMIDA!'
-Mi madre me enseñó RECTITUD:
'Te voy a enderezar de un tortazo!!!'
Por todo ello, gracias a todas las madres.
LA IMAGEN DE MAMÁ: A los 4 años: '¡Mi mamá puede hacer cualquier cosa!' A los 8 años: '¡Mi mamá sabe mucho! ¡Muchísimo!' A los 12 años: 'Mi mamá realmente no lo sabe todo....' A los 14 años: 'Naturalmente, mi madre no tiene ni idea sobre esto' A los 16 años: '¿Mi madre? ¡Pero qué sabrá ella!' A los 18 años: '¿Esa vieja? ¡Pero si se crió con los dinosaurios!' A los 25 años: 'Bueno, puede que mamá sepa algo del tema...' A los 35 años: 'Antes de decidir, me gustaría saber la opinión de mamá.' A los 45 años: 'Seguro que mi madre me puede orientar'. A los 55 años: '¿Qué hubiera hecho mi madre en mi lugar?' A los 65 años: '¡Ojalá pudiera hablar de esto con mi mamá!'